Ventajas de la educación regular

Los procesos de aprendizaje se cimientan a partir de la imitación. Es así como todos los niños aprenden observando su entorno más cercano e imitando sus acciones

Por esto, que el niño con síndrome de Down participe de la educación en un aula regular, le abre la opción de participar de un ambiente tal cual es nuestra sociedad, compuesto de diversos individuos, todos con sus fortalezas y debilidades, todos diferentes entre sí, con y sin discapacidades. Podrá aprender de sus profesores y de sus pares.

 

La inserción del niño con síndrome de Down en este entorno educativo diverso, le brinda la oportunidad de aprender de esta realidad mixta, diversa y compleja a la que pertenecemos todos, de esta manera no lo reducimos a un microambiente creado solo para sus necesidades.

El niño con síndrome de Down tiene la capacidad de desenvolverse en diversos ambientes y adaptarse a éstos sin mayores contratiempos, tal cual lo logran todos los niños como parte de su proceso de desarrollo.

El éxito de la inserción educativa de un niño con síndrome de Down en la educación regular depende mayormente de la apertura del centro que lo recibe, más que del mismo niño.

Es fundamental desarrollar muy buenos canales de comunicación y trabajo en equipo entre la institución y los padres de familia, para de esta manera e identificando las necesidades educativas del niño, ofrecerle el apoyo que requerirá en este proceso a través de las adecuaciones curriculares en el área propiamente académica, así como su integración plena en el medio social.