El manejo de los límites

 

Al igual que para todos los niños y jóvenes el manejo de los límites es básico en el desarrollo de las habilidades socio afectivas y el desarrollo de la voluntad y la independencia.

Los límites brindan seguridad a los niños y jóvenes y les permite desarrollar mejores relaciones armónicas con su entorno. Los límites se aprenden a través de la obediencia y se refiere a hacer lo correcto en el tiempo debido. Con el tiempo y a través de la repetición, paciencia, firmeza y perseverancia por parte de los educadores del niño (padres –profesores – instructores) éste va a ir apropiándose de estas conductas de forma voluntaria.

 

Para tener éxito en el manejo de límites es necesario no saturar al niño de órdenes, sino ir trazando metas claras de las principales conductas que se esperan de él y trabajar sobre estas a través de la obediencia. Las órdenes que se le den al niño deben ser pocas, claras y estar seguros que éste tiene la capacidad para cumplirlas.

La adquisición de buenas conductas le abrirá opciones en sus diferentes entornos sociales y le permitirá una mejor adaptación e inclusión, además de que les refuerza una autoestima positiva al tener de retroalimentación de palabras de afirmación de quienes le rodean.La obediencia se debe educar desde los primeros años. Esto aportará para el desarrollo del dominio propio, la fortaleza de la voluntad y la virtud del respeto a los demás. Ningún niño nace aprendido en el área de la conducta, por lo tanto necesita educación en este sentido.

 

Estas pautas son válidas para todos los niños pero con frecuencia se puede observar que los padres y tutores de niños con síndrome de Down tienden a subestimar su capacidad en el área conductual y social, creyendo que éstos no son capaces de comprender y seguir órdenes por lo que se les permite de forma “benevolente” presentar muchas conductas que son contraproducentes para ellos mismos, como por ejemplo el ingerir alimentos sin límite alguno, hablar en un tono muy fuerte, exigir groseramente lo que se quiere y hacer lo que quieren sin importar lugar o circunstancias.

En otros casos, sentimientos de culpa y sobreprotección por parte de los padres y educadores del niño, hacen que los límites no sean claros, que éstos cambien constantemente y que los límites de tolerancia ante conductas inadecuadas se amplíen generando en el niño confusión e inseguridad.

 

Todos los niños tienen las mismas necesidades de afecto, aceptación, pertenencia, seguridad, aprobación y disciplina. Es deber de sus padres y guías más cercanos satisfacer estas necesidades.

El manejo claro, firme, constante y amoroso de límites es una de las formas más efectivas de proveerles de esto y prepararlos en su inserción a la sociedad a la que pertenecen.

Es cierto que como en otras áreas a algunos niños con síndrome de Down les toma un poco más de tiempo aprender y adquirir los hábitos, habilidades, conceptos y conductas necesarias, pero no quiere decir que no puedan lograrlo, solo se necesita dedicación por parte de los guías para orientar con firmeza estos hábitos que con el tiempo se convertirán en habilidades y virtudes.

  • Fuentes:
    La Obediencia. (2012, San José, Costa Rica). Apuntes de charla con las profesoras de preescolar Herrera Pastor, Carolina y Cháves, Priscilla. Asociación para el Desarrollo Educativo y Cultural (ADEC), Programa “Buidlding our Family”, 2012.

  • Obregón, Patricia. Psicóloga. Avances, publicación de la Corporació S. de Down de Bogotá, Abril 1998. Publicado en Paso a Paso, Vol. 8, No. 6 (Nov./Dic. 98)